Información No. 254
12 de octubre de 2018

 

El poder del genio Gioachino Rossini se escuchó imponente durante el concierto en el que se ejecutó Stabat Mater, una de las grandes obras sacras de todos los tiempos, ante una repleta Gran Sala del Teatro de la Ciudad

 

Para la velada se unió un ensamble talentoso con Lanfranco Marcelletti como director concertador al frente de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Nuevo León (OSUANL), el Coro Filarmónico de la UNAM y como solistas Yvonne Garza (soprano), Rocío Tamez (mezzosoprano), Enrique Guzmán (tenor) y Carsten Wittmoser (bajo).

 

 

El resultado fue un concierto lleno de majestuosidad en el que cada uno de los elementos brilló con luz propia y se adueñó de una obra llena de emotividad en la que se resakta la gran versatilidad y complejidad del afamado compositor.

 

La presentación del Stabat Mater se por la conjunción en la organización del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (CONARTE), la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), la Orquesta Sinfónica de la UANL y la Fundación Dr. Ildefonso Vázquez Santos AC.

 

La respuesta del público fue inigualable con un lleno en la Gran Sala del Teatro de la Ciudad que estuvo a la altura de una brillante actuación que culminó con una gran ovación tras los 10 movimientos ejecutados en escena.

 

 

Lanfranco Marcelletti imprimió intensidad al frente de una OSUANL que estuvo precisa en cada movimiento y el Coro Filarmónico de la UNAM resultó en una conjunción exquisita que soportó el excelso trabajo de los solistas Yvonne Garza (soprano), Rocío Tamez (mezzosoprano), Enrique Guzmán (tenor) y Carsten Wittmoser (bajo).

 

 

El Stabat Mater es considerada una obra maestra sacra, contando con la aprobación de la crítica desde su estreno. Destaca su espíritu sacro latino, que se distingue por su teatralidad y emoción apegada al cristianismo, producto del amplio conocimiento de música sacra de autores como Haydn y Mozart.