16 de julio de 2019
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La belleza de la naturaleza y la evolución técnica desarrollada por María Sada se expresan a través de la exposición Memoria de la Tierra, que se inaugura el jueves 18 de julio a las 20:00 horas, en la Sala Principal del Centro de las Artes. Nave Dos.
La muestra se conforma por alrededor de 70 pinturas, predominantemente de pequeño y mediano formato, en las que se puede apreciar una sobresaliente destreza y capacidad técnica para plasmar sus intereses y reflexiones personales.
Jorge García Murillo, director del Centro de las Artes, considera que esta exposición es un deleite para todo público, ya que muestra obras de gran belleza estética, perfección técnica y con una reflexión sobre el cuidado del medio ambiente.
“Como espectadores tenemos que meternos en los cuadros e ir desgranando los hallazgos de María. El público en general se va a asombrar de la maestría de esta pincelada, pero el público conocedor y los artistas van a gozar y se van a regodear en la prolijidad de técnicas que están presentes.
“Van a descubrir la trayectoria de una regiomontana excepcional con méritos impresionantes y que ahora tenemos la oportunidad de disfrutar y gozarla”, reconoce García Murillo.
Memoria de la Tierra es una revisión a los últimos 30 años de la trayectoria de María Sada, incluyendo obra temprana con exploraciones personales y una serie de piezas para las que se inspiró en otros pintores.
Sin embargo, son los paisajes naturales los que le caracterizan y conforman la mayor parte de la exposición, reflejo del deseo por captar la belleza de bosques y selvas adquirido a partir de 1993, cuando hizo un viaje a La Huasteca Potosina. Este registro pictórico es un llamado de María Sada que invita a una reflexión sobre la falta de conciencia ecológica que pone en riesgo nuestros recursos naturales.
“Empecé haciendo dibujos de figura humana, retratos y desnudos. Después decidí que quería trabajar sobre temas de la naturaleza, detalles de plantas, animales, paisajes, no solo viendo la parte estética, sino estudiando sobre el tema sobre lo que sienten, cómo viven y se desarrollan.
“Todo ha sido un parte de aprendizaje, no es que tome una planta o flor bonita y la pinte, trato de que haya una relación con un tema que me parezca de interés; la inquietud por pintar viene de la cabeza y después de los ojos”, explica la artista expositora.
En Memoria de la Tierra, que cuenta con la curaduría del coordinador de investigación Estética y Desarrollo Curatorial en el Centro de las Artes, Marco Granados, se propone un recorrido que oscila entre lo cronológico y temático, siempre mostrando su habilidad para la pintura sobre caballete.
“El derrotero que ha llevado el camino de la pintura de María está inserto en la representación del paisaje, que en el análisis del arte siempre había tenido un lugar menor, pero que es evidente al ver estos cuadros que eso es falso.
“Su trabajo es sólido, solvente y puntual sobre un tema que a veces se minimiza, el cuidado ambiental, el ecocidio… su trabajo es un homenaje a la Tierra”, resalta Granados.
Memoria de la Tierra se complementa con obra reciente en la que realiza ejercicios escultóricos pintando sobre troncos de árboles caídos.
La trayectoria de María Sada está fuertemente influenciada por su trabajo como restauradora, ya que le permitió estudiar las técnicas de muchos pintores y adquirir conocimientos sobre el color, la luz, materiales y soportes, elementos que a la postre integraría a su práctica artística.
Memoria de la Tierra es una exposición organizada por el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (CONARTE) con el apoyo de la Secretaría de Cultura Federal.
La Sala Principal del Centro de las Artes. Nave Dos abre de martes a domingo en horario de las 11:00 a las 21:00 horas, con entrada libre.
María Sada
(Monterrey, 1954)
Pintora de caballete principalmente, pertenece a una generación de artistas mexicanas, que innovó en temas tradicionales del arte, entre ellos la forma de entender el paisajismo, utilizando un discurso contemporáneo. Inició con trabajos autobiográficos, a través de su interés por la figura humana y el desnudo.
Desde 1993 ha concentrado su atención en el mundo natural y el riesgo en el que se encuentra, por lo que la selva, las plantas y los animales, son los elementos más presentes en su obra, aunque maneja una línea de trabajo adicional sobre la naturaleza humana y sus íconos.
Durante 30 años combinó su trabajo de dibujo y pintura con la restauración de pintura de caballete de lo que resulta un interés especial en los materiales y técnicas de representación. Ha expuesto su obra en diversas galerías y museos de México, España, Estados Unidos, Bélgica y Suiza.
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