12 de junio de 2020

 

Información No. 106

 

Proyectos sin avance, postergación de planes de trabajo, pérdida de entradas económicas y sensación de tristeza, en ciertos planos de la cotidianidad, son algunas de las formas en las que el confinamiento se refleja en la comunidad artística, coinciden los artistas María Sada y José Ramírez Garza en Diálogos con Creadores 

 

Monterrey, Nuevo León. La pandemia del COVID-19 está impactando el arte y a los creadores, coincidieron anoche la artista visual María Sada y el bailarín, coreógrafo y promotor cultural José Ramírez Garza en su participación en el programa Diálogos con Creadores, que transmitió CONARTE a través de Facebook Live.

 

“Este confinamiento por la pandemia del COVID-19 ha sido un golpe muy fuerte para los artistas, sobre todo en lo económico, porque las ventas han caído. Yo tengo la suerte de estar siendo apoyada a través del Sistema Nacional de Creadores y eso ha sido la diferencia, me ha permitido estar en paz y concentrarme en trabajar”, manifestó María Sada.

 

“Esta es una pandemia que se ha derivado del tema que he estado tratado desde algún tiempo, que es el daño a los ecosistemas; entonces me refuerza la urgencia de intentar comunicar esto y mi trabajar al servicio de la conservación de los ecosistemas, la protección de la flora y la fauna”.

 

Y en la cuestión creativa, explicó, se tendrá que hablar de lo que esta pandemia va a afectar no solamente a los temas, sino también cómo se van a mostrar.

 

Ramírez Garza, director fundador del Monterrey International Ballet Gala & Workshop, dijo que esta situación de confinamiento ha sido una etapa difícil para todos los artistas.

 

“Se han caído proyectos, nos hemos visto envueltos en esta vorágine de sentimientos. Esto de estar encerrados, muchos no lo habíamos hecho, ni lo entendíamos. Creo, que mi trabajo ha sido en lo particular difícil, sobre todo

 

por dejar el contacto con la gente, porque me alimento mucho de ese contacto, de poder hablar con alguien, saber qué están haciendo, qué están sintiendo”, expresó.

 

“Y en el campo creativo, la danza expresa esta normalidad, los coreógrafos y bailarines están explorando nuevas formas de expresión; esto, sin duda, va cambiar el contenido, los diálogos, nos tiene que hacer más sensibles a muchas cosas, entre ellas, a ser más colaborativos y sensibles y redimensionar nuestra relación con el medio ambiente y la naturaleza”.

 

El impacto del COVID en el artista

 

“Esta temporada de estar en confinamiento ha sido muy poco diferente a lo que es mi vida normalmente, porque trabajo en mi estudio, estoy sola; sin embargo, tuve momento de cierto desconcierto, de shock, en el que hice una pintura que está totalmente desequilibrada, con objetos que estaban fuera de lugar y tuve que rearmarlo y hacerlo que cuajara otra vez, las cosas no son como eran antes, pero deben de funcionar”, manifestó Sada.

 

Ramírez Garza indicó que al inicio del confinamiento estaba trabajando en un proyecto, pero al estar platicando con los bailarines invitados.

 

Al avanzar las semanas se dio cuenta cómo las propuestas coreográficas iban cambiando.

 

“Siento que reflejaba en gran parte lo que el medio dancístico empezaba a sentir en el mundo. Había piezas que eran algo tristes y de un contenido más denso; los bailarines querían cambiar el repertorio, me sugerían algo un poco más vivo, alegre, y eso me hizo pensar en cómo ellos reflejaban ese estado anímico, esa percepción de lo que empezábamos a vivir en el mundo”, señaló.

 

María Sada (Monterrey, 1954)

 

Pintora de caballete principalmente, pertenece a una generación de artistas mexicanas, que innovó en temas tradicionales del arte, entre ellos la forma de entender el paisajismo, utilizando un discurso contemporáneo. Inició con trabajos autobiográficos, a través de su interés por la figura humana y el desnudo.

 

Desde 1993 ha concentrado su atención en el mundo natural y el riesgo en el que se encuentra, por lo que la selva, las plantas y los animales, son los elementos más presentes en su obra, aunque maneja una línea de trabajo adicional sobre la naturaleza humana y sus íconos.

 

Durante 30 años combinó su trabajo de dibujo y pintura con la restauración de pintura de caballete de lo que resulta un interés especial en los materiales y técnicas de representación. Ha expuesto su obra en diversas galerías y museos de México, España, Estados Unidos, Bélgica y Suiza.

 

José Ramírez Garza

 

Estudió en la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey siendo el primer alumno varón en ingresar al área de danza clásica. Simultáneamente realiza sus estudios profesionales en la Universidad Regiomontana y en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey especializándose en mercadotecnia cultural y turística.

 

En 1987 protagonizó la primera puesta en escena del ballet El Cascanueces en Monterrey, su ciudad natal. Fue parte de la compañía Tabernacle Dancers de Estados Unidos con la que realizó constantes giras por países como Israel, España y Estados Unidos y participó como bailarín invitado en montajes en distintas compañías alrededor del mundo.

 

Fuera del área cultural, su carrera profesional lo llevó a ocupar importantes puestos en empresas como Parque Plaza Sésamo, Pegaso PCS, Hoteles Camino Real y Four Seasons Hotels and Resorts.

 

Ha impartido cursos de técnica y pas de deux en diversas escuelas del país y ha participado en montajes de obras clásicas.

 

Del año 2000 al 2001 fungió como Director Ejecutivo de Ballet de Monterrey y de 2001 a 2003 director general de la misma compañía siendo su incorporación una pieza clave en la reestructuración de la compañía tras su cierre en 1998.

 

En el año 2002 lanza la revista Dans, la primera publicación con alcance nacional, especializada en danza en el país. En el año 2005 recibe la distinción a Lo Mejor del Año por su labor al frete de la revista Dans otorgado por la Confederación Interamericana de Danza (CIAD) en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

 

Tras cinco años de ausencia en el ámbito cultural, dirigió el área de Comunicación e Imagen de Ballet de Monterrey y en el año 2011 estableció y dirigió la Escuela de Ballet de Monterrey durante el ciclo escolar inaugural 2011 – 2012.

 

A lo largo de su carrera ha sido invitado a participar en diversos congresos de danza y a participar en algunos consejos culturales. Fungió como Presidente del Consejo Ciudadano de Cultura del municipio de San Pedro Garza García y fue miembro por varios años del consejo editorial de la sección Vida del periódico El Norte.

 

De enero 2016 a mayo 2017 dirigió el Centro Cultural Plaza Fátima del Municipio de San Pedro Garza García. En enero de 2017 concluyó, con mención sobresaliente, el Master en Gestión y Dirección de Industrias Culturales con especialidad en Mercadotecnia Cultural en la Universidad Europea Miguel de Cervantes.

 

En el año 2012 fundó y desde entonces dirige el Monterrey International Ballet Gala.

 

La realización de esta actividad quedó grabada y ahora está disponible en esta liga: