16 de junio de 2020

 

Información No. 109

 

Afirma cronista que la forma de salir adelante de los riesgos que conlleva el contagio de una enfermedad mortal es tomando consideración del otro

 

Monterrey, Nuevo León. Si se eleva el nivel de conciencia de la población afectada por el COVID-19, se tendría la base para mantener a raya a la pandemia, afirmó anoche el cronista adjunto de Apodaca, Emanuel Ángel Treviño Durán.

 

“Saldremos adelante de la pandemia del COVID-19, solo si elevamos nuestra conciencia”, manifestó el cronista durante su participación en el programa Crónicas Municipales del COVID-19, transmitido por el CONARTE a través de Facebook.

 

“La pandemia se está propagando por la falta nivel de conciencia; necesitamos establecer qué tanto amor te tienes, qué necesitas, qué quieres y de qué te sientes merecedor como ciudadano. Esto tiene que ver con la conciencia, qué tanto eres contigo mismo una persona saludable.

 

“Porque desde que empezó este fin se semana y se levantaron un poco las reglas la gente ya no se pone el cubrebocas, ya anda con los niños en la calle; tengo un video donde se ven cientos de personas en el Río Ramos paseando sin cubrebocas y sin sana distancia”, señaló el historiador.

 

Las autoridades sanitarias del Estado reportan al día de hoy 630 casos confirmados y 22 muertes por el COVID-19 en el municipio de Apodaca.

 

El arquitecto Sergio Rodríguez, jefe de Proyectos y Apoyos Municipales de CONARTE sostuvo un interesante diálogo con Treviño Durán, sobre la historia del municipio de Apodaca y el impacto de la pandemia del COVID- 19 en esta comunidad.

 

“Como la gente no ha visto casos cercanos de gente contagiada por el COVID-19 siente que los engañaron y los tuvieron encerrados sin razón, porque a ninguna persona cercana le pasado nada”, expresó Treviño Durán.

 

“Pero deben saber que sí hay personas cercanas contagiadas. Mi doctora de Seguro Social la acaban de dar de alta de COVID-19; un amigo de un familiar, que vive en Veracruz murió a los 39 años, y el abuelo de mi contador está en el hospital por la misma enfermedad”, señaló.

 

“Al parecer necesitamos que nos pase ya más directamente para que entendamos que hay que cuidarnos”.

 

El gobierno municipal actúa 

 

“Estamos preocupados por nuestra gente. Apodaca tiene una característica: es un pueblo trabajador. Aquí no tenemos el dinero suficiente para quedarnos en casa guardaditos y pasar la pandemia; dejamos a nuestros abuelos y los niños, pero papá y mamá deben salir a trabajar, porque si no, no hay comida para el día siguiente”, manifestó el cronista.

 

“Eso nos ha reinventado. Apodaca ha apoyado a las comunidades de extrema necesidad con más de 40 mil despensas por cinco semanas; ahora se está llevando a cada plaza despensa, de verduras, frutas, abarrotes, huevos, a un precio muy accesible para todas las comunidades”.

 

El propósito de esta acción, dijo, es apoyar a las familias con la alimentación en casa para permanecer en ella y sea esa una opción viable para ellas.

 

La historia de la salud pública en Apodaca

 

Antiguamente, explicó Treviño Durán, la medicina era la herbolaria, “la gente se dedicaba a las hierbas, te enfermabas del estómago te daban té de estafiate, si te dolía la cabeza, los chiqueadores. Todo los solucionaban con hierbas. Era una medicina alternativa muy valiosa, porque la gente se atendía de manera casera y funcionaba, porque había fe en ello”, explicó.

 

Normalmente en la medicina, agregó, “el 90 por ciento de las enfermedades vienen siendo psicosomáticas, son mentales, si tú dices que este vaso de agua te va aliviar, te alivia. Así es la medicina en el mundo, está comprobado”.

 

Los primeros médicos

 

“En 1900 tenemos a don Carlos Montfort Díaz y su hermano Enrique, acompañados del profesor Apolonio González Flores, y a Eduardo Olovasti, eran médicos alternativos, era medicina homeopática y alópata”, explicó el cronista.

 

“Después tenemos a don Francisco Rocha en 1918, que participó en la construcción del Hospital de Zona, que está en Pino Suarez y Juan Ignacio Ramón en Monterrey; él venía los fines de semana con su esposa a visitar a la suegra y daba servicio médico a la comunidad. Y mi tío Everardo Treviño Treviño, hermano de mi padre, que visitaba Huinalá y Dulces Nombres y diferentes rancherías apoyando a la gente con sus enfermedades”.

 

El primer doctor que tuvo Apodaca, explicó, era Óscar Jiménez Guzmán y su enfermera era Rosa Elia Castro Aguirre y el primer Centro de Salud se construyó en 1963 y la Clínica del IMSS en 1964.

 

Pueblo lechero y agricultor

 

Apodaca, expuso el cronista, es un pueblo lechero y agricultor, vocación que le viene de origen.

 

“Ahora nos hemos convertido en la capital industrial del Estado. La leche y el piloncillo era la actividad más importante de Apodaca”, indicó.

 

“Llegó un momento en que esta gran industria azucarera se fue perdiendo. Éramos grandes surtidores, se llevaban piloncillos no solo a Monterrey, sino también a otros lugares de la República.

 

“Con la primera fábrica, Electrodos Nacionales, ahora Unión Carbide, empieza la gran industrialización del municipio. Tenemos 80 parques industriales, mil 400 empresas en las que trabajan más 190 mil personas, no solo de Apodaca, sino también de la zona metropolitana”.

 

Con el aumento poblacional, añadió, se desea que estos nuevos habitantes conozcan el municipio en el que viven, su historia, sus tradiciones, su cultura y que adopten su identidad apodoquense, más como una obligación.

 

Tras la realización de esta actividad, como el de otra programación en línea que CONARTE ha realizado a lo largo de la contingencia sanitaria como una opción de oferta cultural para la población que permanece en sus casas, el registro queda grabado y se encuentra disponible para su posterior consulta.

 

La transmisión de anoche se puede ver en: