11 de julio de 2020

 

Información No. 133

 

En entrevista con CONARTE, García García y Ramírez del Ángel, recientemente galardonados con el Premio Nacional de Poesía Carmen Alardín 2020 y el Premio Nuevo León de Literatura 2020, exponen aquí sus puntos de vista sobre una diversidad de temas y hablan de su oficio

 

Monterrey, Nuevo León. El Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León impulsa fuertemente creación literaria en Nuevo León y el país a través de importantes certámenes literarios.

 

En esta semana CONARTE dio a conocer que la poeta Esther M. García García, originaria de Ciudad Juárez, Chihuahua, ganó el Premio Nacional de Poesía Carmen Alardín 2020 con su obra Arco de histeria, el libro negro y José Rodrigo Ramírez del Ángel, originario de Veracruz y radicado en Nuevo León, ganó el Premio Nuevo León de Literatura 2020 con Dinero para cruzar el pueblo.

 

El jurado del Premio Nacional de Poesía Carmen Alardín 2020 se integró por Ana Franco Ortuño, Iván Cruz Osorio y Roxana Elvridge-Thomas, quienes analizaron las 23 propuestas recibidas en dicha convocatoria.

 

En tanto, el jurado del Premio Nuevo León de Literatura 2020 estuvo conformado por Carla Alejandra Faesler Bremer, Luis Muñoz Oliveira y Francisco Félix Martínez, quienes revisaron los nueve trabajos participantes.

 

Ambos certámenes tienen una bolsa de 75 mil pesos y la publicación de libro.

 

Los escritores ganadores de estos importantes certámenes literarios ahondan sobre sus motivaciones en entrevista para CONARTE.

 

Poeta Esther M. García García

 

Arco de Histeria. El Libro Negro

 

¿Cómo surge Arco de Histeria. El Libro Negro?

 

El libro surge a partir del cuestionamiento sobre las políticas del cuerpo femenino como un espacio político y de violencia y la visión de la mujer ante el mundo que la rodea. Es parte de una trilogía que comenzó con el libro Mamá es un animal negro que va de largo por las alcobas blancas (libro ganador de la edición 11 del Premio Internacional Gilberto Owen Estrada), que trata sobre la maternidad, los lazos madre-hija y el cuerpo femenino. El siguiente es La destrucción del padre (editado por El periódico de las señoras), el cual habla de las relaciones paternales, la muerte y el cuerpo agonizante y este último, Arco de Histeria. El Libro Negro, que cierra el ciclo.

 

¿De qué trata, cuáles temas abordas?

 

El libro trata sobre la violencia ejercida en el cuerpo femenino y las políticas de poder que emergieron para controlar este cuerpo que se rebela. Trata también sobre el abuso sexual, psicológico y cómo las mujeres hemos creado mecanismos, a lo largo del tiempo, para poder sobrevivir.

 

Desde la antigüedad se ha mencionado de manera peyorativa a la mujer. No era un sujeto, era un objeto y, como tal, un ánima, es decir, un animal que vaga sin sentido alguno por la vida y que solo tiene como objetivo reproducirse y servir para el placer, no propio sino de otros.

 

¿Qué representa para ti ganar el Premio Nacional de Poesía Carmen Alardín 2020?

 

Para mí es un honor pertenecer a esta tradición. Carmen Alardín es una de las poetas emblemáticas del norte y yo soy una mujer norteña que está orgullosa de hacer literatura desde este punto geográfico, lo cual representa una hazaña en un país en donde todo está centralizado.

 

Aparte, este premio tiene una larga trayectoria y poetas muy reconocidos y queridos se han llevado este galardón. Ser parte de la historia de este premio y del legado de Carmen Alardín fue uno de mis mayores deseos desde que empecé a escribir.

 

Define tu propia concepción de poesía

 

No tengo una. Definir significaría encerrarla entre cuatro paredes y la poesía es un ente vivo que se transforma. La poesía es todo y es la nada. No es algo que se pueda aprehender.

 

¿Cómo fue tu acercamiento a la poesía?

 

Supongo que mi primer acercamiento fue cuando las cosas estaban simplemente ahí, en la casa que habité cuando tenía 7 años. Éramos pobres en esa época y todo estaba derruido: la casa, los muebles, la ropa, no había suficiente comida. Éramos cinco hermanos y dos padres, una familia enteramente disfuncional en donde siempre había gritos, ruido, llanto, pero cuando no había nadie y me quedaba sola, veía las cosas estar ahí, iluminadas por un halo de luz en su hermosa fealdad, su pobreza, su existencia que respiraba paz entre el polvo y los animales rastreros que se deslizaban de un lado a otro en la casa.

 

¿La poesía transforma, cambia vidas?

 

No lo sé. Mi vida no se ha transformado porque escriba poesía o porque la lea. Se ha transformado mi escritura, mi forma de escribir, de percibir la literatura, pero mi vida sigue un curso independiente de todo eso.  La poesía no es un dios, no es un método mágico. Es algo que simplemente está ahí y cuando todos desaparezcamos del mundo, seguirá ahí y eso es todo.

 

Háblame de tu proceso creativo

 

Soy una persona que piensa a través de las imágenes. Así que si quiero escribir pienso que lo visual primero, busco toda la información necesaria sobre el tema, o los temas, la relaciono, formo listas o notas que se van concatenando, empiezo a formar un cuadro mental de relaciones semánticas, simbólicas y luego voy trabajando el lenguaje escrito.

 

Paralelamente a esta actividad, solo me siento en mi silla de madera, frente a una mesita de juegos vieja de mis hijos, pongo mi computadora vieja y escribo. Tomo mucha agua, café. Camino de un lado a otro para poder procesar mi pensamiento y luego escribo y así ad infinitum, hasta que creo que he terminado algo.

 

Háblame de tus influencias, de tus escritores favoritos

 

Me gusta mucho Anne Carson, Chantal Maillard, Eduardo Subirats, Delphine De Vigan, Amelié Nothomb, Alice Oswald, Elfriede Jelinek, Agota Kristof, Ferreira Gullar, Emily Dickinson, Emily Brönte. He aprendido muchísimo de literatura gracias a las queridas poetas españolas Lola Nieto, y Luna Miguel, a quien lamentablemente ya no le hablo, pero la extraño, aprendía mucho de sus recomendaciones. De las influencias, pues la poesía concreta fue un boom, pero yo no le hago el feo a nada, de todo aprendo. Soy una esponja mágica.

 

¿Cómo piensas que esta pandemia del COVID-19 impactará la literatura?

 

En peores pandemias la literatura ha sobrevivido. Se crearon obras tremendas gracias al encierro. Esta no será la excepción, pero, si no pasa, tampoco será la gran cosa. Las flores rompen el concreto para seguir floreciendo, la literatura hará lo mismo, siempre.

 

José Rodrigo Ramírez del Ángel

 

Dinero para cruzar el pueblo

 

¿Cómo surge Dinero para cruzar el pueblo?

 

La novela no tiene un punto de génesis singular, más bien nace de una combinación de ejercicios. Uno de ellos fue una exploración geográfica: estaba convencido desde años atrás que requería de la creación de un lugar geográfico literario para poder desarrollar algunos personajes. Sabemos que el entorno físico tiene una influencia significativa en la psique humana, y por consecuencia, lo mismo sucede con los personajes. Dinero para cruzar el pueblo nace de la creación de una ciudad y de un pueblo vecino, cada uno con características culturales y climáticas arquitectónicas particulares. Ese ejercicio permitió desarrollar personajes que viven con la sensación de no pertenecer en el lugar en donde se está.

 

Por último, la novela brota de una exploración del concepto del recuerdo. Sobre todo, tenía interés en explorar el apego o desapego que se tiene por el pasado. En Dinero para cruzar el pueblo, algunos personajes viven en un constante anhelo de un pasado que ya no existe, o que jamás existió, mientras que otros, se esfuerzan por rechazarlo y forjar un futuro nuevo.

 

¿De qué trata, cuáles temas abordas?

 

La novela abarca dos vidas. La primera es la de Eusebio Mabarak, un hombre de 25 años que dependía plenamente de Jade, su madre, para su supervivencia, y que después de una discusión, decide por fin independizarse. Sin embargo, su nueva vida se ve interrumpida por la posterior desaparición de Jade. Este evento lo motiva a investigar acerca de su pasado, de su infancia, de sus familiares que jamás había conocido. En paralelo, Jade nos narra los eventos más significativos de su vida, su juventud, su embarazo, su maternidad, su rol como esposa, su constante evolución y, sobre todo, su desaparición.

 

Dinero para cruzar el pueblo aborda temáticas como la violencia y desarrollo sexual, el matrimonio, las adicciones, la infancia, la maternidad, la lucha de clases y la pertenencia.

 

¿Qué representa para ti ganar el Premio Nuevo León de Literatura 2020?

 

Es una alegría, sin duda y a primera instancia, ya que recibir un premio que han obtenido autores a quienes admiro es un regocijo, y aun más que el jurado, que son escritores tan importantes y que admiro, haya considerado mi trabajo como valioso, me conmueve. Pero también un respiro, porque a veces el oficio literario es ingrato, ya que implica trabajar, en este caso, más de un año y medio en un proyecto sin saber siquiera si va a ver la luz del día, mucho menos pasa por la cabeza la idea de recibir dinero por él. Y, sin embargo, uno se verte en la historia como si fuera lo único importante en la vida, porque en muchos momentos es lo único importante. Recibir el Premio Nuevo León de Literatura es recibir una palmada en la espalda que dice que el esfuerzo está valiendo la pena.

 

¿Cómo fue tu acercamiento a la literatura?

 

Fue un acercamiento accidentado. No fui un niño con un hambre voraz de lectura, pero sí era un niño con muchas ganas de decir cosas, lo que fuera, mis ideas, a veces las ideas de otros. Y tenía una imaginación bastante inquieta, como muchos, y me ensimismaba inventando historias de la gente a mi alrededor, de los eventos noticiosos, de lo que entendía de las pláticas de los adultos. Mi acercamiento más formal a la literatura en mi niñez fue gracias a mi mamá que tuvo la dedicación de leerlos a mí y a mi hermano todas las noches. Comenzamos con algunos libros para niños, pero poco a poco avanzamos a novelas como Moby Dick, El retrato de Dorian Grey y Las mil y una noches, entre otras.

 

A los 14 años comencé a escribir en internet sin ningún tipo de plan, simplemente era yo queriendo verter mis ideas muy poco concisas, ni pensadas, en la página en blanco que era el internet de aquel entonces. Sin saberlo, en ese entonces comencé un camino del cual nunca me alejaría.

 

¿La literatura trasforma, cambia vidas?  

 

La literatura es de los pocos medios que te permite darte cuenta el segundo en el que tu vida cambió. Esa vuelta de página de ese libro que te está destrozando por dentro, que te tiene con las manos sudorosas, emocionado, temblando. Uno pone el libro sobre la mesa y sabe que ya no se es la misma persona. La literatura es el universo diciéndote que no estás solo, pero te hace sentir único en el mundo.

 

Háblame de tu proceso creativo

 

Escribir, para mí, se reduce a sentarse frente a la página y verla, parpadeando incrédulo, hasta que las palabras se formen. Por supuesto que ya hay una idea preconcebida de lo que se va a escribir, pero el verdadero proceso creativo es directamente proporcional a las horas nalga que se le pongan a la hoja en blanco. Usualmente esa idea que nace de la inspiración cuasi divina, se desecha a los pocos minutos, y de sus remanentes, de unas cuantas palabras que más o menos hilaste, tal vez por primera vez en varios días, surge algo. Como un queso que se va deshebrando para descubrir que esa idea, aunque fue mala, escondía otra cosa rescatable. Y esa es la parte divertida. Después, mucho después, ya comienza el oficio: hacer que todas esas palabras que escribiste, tengan sentido literario y que funcionen. Hay técnicas, mañas y atajos que uno aprende con los años y experiencia, pero la literatura está en el sudor que uno le ponga al texto.

 

Háblame de tus influencias, de tus escritores favoritos

 

Son muchas y diversas, podría citar algunas que de literarias tienen poco, como Los Simpsons que forjaron mi sentido del humor como ningún otro. Pero enfocándome en lo plenamente literario, podría nombrar a cuentistas como Jorge Luis Borges, Etgar Keret, Lucia Berlin y Raymond Carver. Novelas que me han marcado como Balún Canán de Rosario Castellanos, Kitchen de Banana Yashimoto, Canción de tumba de Julián Herbert, Lo bello y lo triste de Yasunari Kawabata, Pedro Páramo de Juan Rulfo en la adolescencia me pareció lo más genial que había leído, y me lo sigue pareciendo, La muerte de Iván Illich de León Tolstoi. Escritores y poetas regiomontanos que admiro tanto como Antonio Ramos Revillas, Óscar David López, Iveth Luna, Orfa Alarcón, Sergio Telles, José Eugenio Sánchez, entre otros tantos que seguramente olvido.

 

¿Cómo piensas que esta pandemia del COVID-19 impactará la literatura?

 

Los efectos económicos de la pandemia en el mundo literario se están viendo con las dificultades que las librerías y editoriales independientes están pasando. Ese efecto creo que podría ser complejísimo, sobre todo para los escritores nóveles que dependemos de los foros que usualmente las editoriales grandes no brindan. Pone en riesgo de que toda una generación de escritores no tenga una plataforma para levantar la voz.

 

Por otra parte, la pandemia nos está obligando a ralentizar la vorágine en la que vivíamos: estilos de vida, ideales de progreso, conceptos globalistas, entre otros, pero la infraestructura social y tecnológica que permitió la vorágine seguirá estando presente.

 

Por ello creo que la literatura post COVID-19 será una que busque hacer una confrontación entre conceptos: el regreso a lo tradicional en un mundo hiperconectividad, la añoranza por la familia a través del individualismo, el hogar como recreo, trabajo y socialización, o la astrología e ideas metafísicas como nueva ciencia.

 

Esther M. García (Cd. Juárez, Chihuahua, 1987)

 

Radicada en Saltillo, Coahuila. Licenciada en Letras Españolas por la Universidad Autónoma de Coahuila. 

 

Autora de los libros de poesía La Doncella Negra (La Regia Cartonera, 2010), Sicarii (El Quirófano Ediciones, 2013), (IMCS, 2014); La Demoiselle Noire (Babel Cartonera, 2013), (Kodama Cartonera, 2015), Bitácora de mujeres extrañas (FETA, 2014), Mamá es un animal negro que va de largo por las alcobas blancas (UAEMEX, 2017), La destrucción del padre (El periódico de las señoras, 2019); el libro de cuentos Las tijeras de Átropos (UA de C, 2011) y la novela juvenil Confesiones de una booktuber (Norma, 2018).

 

Premio Nacional de Cuento Criaturas de la noche (2008), Premio Estatal de Cuento Zócalo (2012); Premio Municipal de la Juventud (2012); Premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal (2014); Premio Internacional de Poesía Gilberto Owen Estrada (2017); Premio Estatal de Cuento Chihuahua (2018); Premio Nacional de Literatura para Jóvenes FENAL-NORMA (2018).

 

Finalista del V Premio Internacional de Literatura Aura Estrada, 2017. Traducida al inglés, francés, portugués e italiano. Fue becaria del PECDA Coahuila, en dos ocasiones, y del FONCA JC. Es creadora del Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas.José Rodrigo Ramírez del Ángel, 1985, veracruzano autoexiliado en Monterrey, graduado en el 2010 de Periodismo y Medios de Información en el ITESM, ha dedicado su vida profesional a la literatura, obsesionarse por las noticias y a gritarle a la televisión durante los partidos de fútbol. Ha publicado cuentos en diversas revistas locales y nacionales, fue ganador de la beca PECDA Nuevo León para novela del 2015, y en el 2018 se estrenó Cómo hacer una nube, cortometraje coescrito por él, basado en un cuento de su autoría, que fue aceptado en diversos festivales de cines internacionales. Escribe esporádicamente una columna de investigación documental en periódico en línea Altavoz.