28 de julio de 2020
Información No. 152
En charla dentro del ciclo Hablando de la escena de CONARTE, el afamado flautista mexicano afirma que el confinamiento no impide al artista dedicarse al estudio, sin embargo, hace falta tocar frente al público
Monterrey, Nuevo León. “La pandemia del COVID-19 nos ha arrebatado ese contacto físico, emocional con el público que se establece en un concierto en vivo o espectáculo en vivo”, afirmó esta tarde Horacio Franco.
En su participación en el ciclo Hablando de la escena, que ofreció hoy CONARTE a través de la plataforma virtual ZOOM, el músico mexicano expresó su deseo de continuar dando el mensaje de los compositores.
“Estamos siendo muy limitados en la cuestión física de hacer lo que deseamos, seguimos vivos, estudiando, y haciendo lo que nos gusta, pero una parte importante del instrumentista, del intérprete, es tocar para la gente. El hecho de ser músico nos hace tener un mensaje de un compositor vivo o muerto y deseamos transmitir ese mensaje al público”, expresó.
“Necesitamos de ese momento místico, de magia, que se genera a partir de estar en un escenario y con el público para crear ese fenómeno de comunicación. Extrañamos estar con el público.
“El hecho de estar allí, la vibración de la música, de la danza, del teatro en vivo, del entorno y de estar haciendo lo que te gusta, no tiene comparación. Aunque pudiéramos tener la mejor tecnología, o las mejores ideas para hacer eventos en línea, siempre lo presencial será más vivencial”, señaló.
Franco vertió estos comentarios en su conferencia Mitos y vicios en la interpretación de la música clásica: la educación musical como formadora de intérpretes, que ofreció hoy a un grupo de compositores y músicos, y público en general, interesados en esta charla virtual.
El papel del intérprete y la interpretación musical
En su conferencia, Franco disertó sobre el actual papel de los músicos y la educación musical como formadora del intérprete.
“Las escuelas profesionales de música pueden ser muy dedicadas a formar profesionistas músicos con un buen nivel técnico, y su formación se basa en la ciencia. Sin embargo, hay otros aspectos que no se cultivan en las escuelas de música, como lo es la pedagogía”, apuntó.
“Hablo de cómo convertirte en un buen maestro de música, y cómo, realmente capitalizar tu potencial y el de los alumnos para llegar a tener un adecuado entorno, digno y decoroso, para su correcto desarrollo.
“Los maestros de las escuelas profesionales y conservatorios”, agregó, “les inculcan a sus alumnos una educación musical no basada en la pedagogía, sino ‘en lo que yo aprendí, así te la voy a dar y no vas a cuestionar nada, no va funcionar si te veo tomado clases con otro maestro, voy ser como un papá o mamá celoso’”, expuso.
Esta educación musical vertical, explicó, puede ser muy buena para gente con mucho talento, como cantantes con una voz colocada, natural, y de instrumentistas.
“Su talento los sacará adelante, pero no así a otros estudiantes que requieren más atención”, mencionó.
El maestro de música, añadió, tiene que tener esa intuición, esa preparación para poder otórgale a los alumnos las herramientas adecuadas para que encuentren su técnica, su voz, y su manera de ejecutar y de ser buenos músicos y forjar una carrera exitosa.
Entonces, dijo Franco que, para llegar a ser un buen músico, un buen intérprete, “lo primero es tener una buena técnica, esto es fundamental; lo segundo es la preparación técnica musical, que tenga conocimiento de los intervalos, las armonías, los acordes, el contrapunto, que esto lo entienda perfectamente”.
El tercer peldaño, describió, es la combinación del primero y el segundo; “en este momento ya puedes tocar, eres un músico y cuarto el peldaño es cuando trabajas para llegar a ser un artista, un recreador, un intérprete, que se tiene que poner a la par con la partitura.
“Debes”, agregó, “analizar la partitura, establecer una relación intelectual, emocional, musical, mental y técnica con ella, hacerla tuya, para lograr realizar tu propia interpretación”.
Horacio Daniel Franco Meza (Ciudad de México, 11 de octubre de 1963) es un músico, profesor y director de orquesta mexicano, destacado en la interpretación de la flauta de pico.
Franco ofrece un promedio de 150 conciertos al año, en el que integra música clásica, popular y tradicional. Atiende por igual presentaciones en salas de concierto connotadas como en escuelas o plazas públicas.
Decidió estudiar e interpretar flauta y violín, antes de cumplir la mayoría de edad en su país, en el Conservatorio Nacional de Música de México.
La carrera de flautista de pico no existía en ese centro de estudios. Tras pedir una audición al entonces director de la Orquesta de Cámara del conservatorio, Icilio Bredo, escucharle tocar una pieza de Vivaldi, este le permitió ser solista con ese ensamble. A los 13 años, el 12 de abril de 1978, interpretó el Concierto en la menor de Vivaldi para flauta de pico y acompañamiento instrumental de Vivaldi, acompañado de la mencionada orquesta. Le fue permitido fundar la carrera de flauta de pico en el conservatorio mexicano.
Prosiguió sus estudios en el Conservatorio de Holanda con Marijke Miessen y Walter van Hauwe, en donde obtuvo el grado de solista cum laude.
Entre 1986 y 1994 formó con Luisa Durón y Bozena Slawinska el Trío Hotteterre; entre 1993 a 1998 fue fundador, director e intérprete de la Capella Cervantina, que se convertiría en la Capella Barroca de México, un ensamble dedicado a la interpretación e investigación de la música barroca con instrumentos e intérpretes especializados en ese periodo musical. Fundaría también en esos años la Orquesta Barroca Capella Puebla.
Diversos autores han escrito música para que Franco la interprete como Graciela Agudelo, Lucía Álvarez, Karl Bellinghausen, Sergio Berlioz, Sebastián Castagna, Sergio Cárdenas, Daniel Catán, Jorge Córdoba, Luis Jaime Cortés, Galo Durán, Felipe De Jesús Sánchez, Juan Fernando Durán, Itziar Fadrique, Víctor García Pichardo, Teófilo Gözman, María Granillo, Rosa Guraieb, Manuel, Alejandro Gutiérrez, Déborah Hadaza, Rafael Hubberman, Héctor Infanzón, Martha Lambertini, Ana Lara, Mario Lavista, Paul León, Fernando Lomelí, Armando Luna, Juan Marcial Martínez, Antonio Navarro, Gabriela Ortiz, Emmanuel Ontiveros, Hilda Paredes, Jerónimo Rajchenberg, Rodolfo Ramírez, Ricardo Risco, Marcela Rodríguez, Pablo Rubio, Rafael Romo Tavizón, Carlos Sánchez, Israel Sánchez, Alejandro Silva, Eduardo Soto Millán, Salvador Torre, Armando Torres, Eugenio Toussaint, Michael Wolpe y Ricardo Zohn.
Como director de orquesta ha sido invitado a conducir las siguientes agrupaciones musicales: Cappella Cervantina (1993-1998), Camerata de la Filarmónica de Querétaro (1995), Orquesta de Cámara de Morelos (1995), Solistas Ensamble del INBA (1996), Academy of St Martín in the Fields (1997), Georgian Chamber Orchestra, (1997), Camerata Aguascalientes, (1998 a 2001), Orquesta de Cámara de la Universidad del Estado de México, (1999), Orquesta de Cámara de Bellas Artes, (2002), Orquesta Barroca Capella Puebla, (2004-2005), Camerata de Coahuila (2004 a 2008), Cappella Cervantina (2007), Coro de Madrigalistas de Bellas Artes (2008 y 2010 a 2011), Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (2008) y la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (2008 y 2009).