Familiares, amistades de diferentes procedencias y épocas, reconocen la influencia del coreógrafo y gestor cultural; destacan su generosidad inagotable y pasión contagiosa por el folclor mexicano.
Monterrey, Nuevo León. – Alejandro González Herrera, el amigo, hermano, compañero de viaje por diferentes partes del mundo divulgando el arte y tradiciones de Nuevo León y de México, fue recordado en un emotivo encuentro de danzas, canto y música en la Gran Sala del Teatro de la Ciudad.
Roberto González y Dora Herrera, padres de quien fuera el director artístico de la Compañía Titular de Danza Folklórica de la UANL, atestiguaron cómo el cariño y reconocimiento al legado de cuatro décadas de trabajo de su hijo, se encarnaron por más de cien participantes en escena en el espectáculo “Alejandro González Herrera. Disciplina y pasión”.
Melissa Segura Guerrero, Secretaria de Cultura de Nuevo León, acompañada de Ricardo Marcos González, Secretario Técnico de CONARTE, y otros invitados, evocó la época compartida con el ahora extinto Premio a las Artes UANL 2023 en la categoría de Artes Escénicas, en el periodo en que coincidieron como integrantes de Nayapan Ballet Folklórico.
“Hoy nos reúne un compromiso compartido: celebrar la vida de un amigo y compañero que dejó huella en los escenarios, pero sobre todo huella en aquellos que tuvimos el privilegio de conocerlo, Alejandro González Herrera.
“La presencia de Alejandro en mi vida fue constante, desde muy chica, por lo que fui testigo del camino que recorrió en el mundo de la danza, lo vi bailar, ensayar, coreografiar, y dirigir; y siempre su calidad humana lo distinguió tanto como su talento. Quienes lo conocimos sabíamos que detrás de cada coreografía, de cada ensayo, de cada presentación, había una gran entrega, una generosidad inagotable y una pasión contagiosa por el folclor mexicano”, mencionó Segura Guerrero, quien precisó que González Herrera llegó a ser Vocal de Danza de CONARTE, desde donde impulsó proyectos de este gremio en la entidad.

La funcionaria cultural recordó la colaboración siempre puntual de González Herrera en iniciativas que colocaron a Nuevo León en escenarios nacionales e internacionales como la “Navidad Mexicana en el Vaticano”, hasta la celebración de los 200 años de Nuevo León como Estado Libre y Soberano, pasando por las presentaciones recientes en Los Pinos, además de las giras municipales y regionales.
Añadió que el coreógrafo originario de Tantoyuca, Veracruz, no solo se ocupó de hacer danza, sino también de dignificarla y entenderla en su dimensión más profunda como un vehículo de identidad, y alejarla de un concepto meramente de ornamento del pasado, sino como una expresión viva y necesaria para que las personas se reconozcan en ella “como pueblo, como región, como país”.
Una a una, las etapas de la vida de González Herrera desfilaron frente a los espectadores, desde su cuna en Veracruz, su profunda huella en Tamaulipas, su llegada a Nuevo León, en donde desarrolló gran parte de su obra.
Las amistades entrañables realizadas en el Nayapan, sus enseñanzas vertidas en Mexicanidades Grupo Cultural, agrupación que González Herrera fundó en 2003 y con la que hizo giras por Chile, Estados Unidos, Alemania y Hungría, los lazos que creó con la UDEM y su grupo folclórico, con Raíces del Tec, y con la Delegación Nuevo León del Instituto de Investigación y Difusión de la Danza Mexicana, A.C., con la que dejó su característico sello al coreografiar, se apreciaron sobre el escenario.
Las emociones que la danza, la música y el canto traen consigo de manera natural, se intensificaron cada vez que en el fondo del escenario se proyectaban algunos episodios de la vida del coreógrafo e investigador de quien ahora el público sabe un poco más de su legado e inquietudes artísticas.
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