21 de abril de 2020
Información No. 69
La generación 2020 del Centro de Escritores de Nuevo León arranca con sesiones de trabajo vía remota bajo la coordinación de Julián Herbert, dada la contingencia sanitaria, lo que más que un obstáculo representa una oportunidad única para su carrera
Monterrey, Nuevo León. La nueva generación de becarios del Centro de Escritores de Nuevo León, bajo la coordinación del escritor Julián Herbert, tuvo anoche su primera sesión de trabajo de manera virtual, dada la contingencia sanitaria que enfrenta el país.
Los elegidos, David Alejandro Colorado Cabello, Martha Penélope Montes González, Alma Aurora Vigil Gallegos, Ingrid Bringas Martínez y Francia Melissa Perales Muñoz, se reunirán durante los próximos 10 meses, una vez a la semana entre las 18:00 y 21:00 horas.
En la primera sesión, en la que también estuvieron conectados Gildardo González, coordinador de Programas y Proyectos de Literatura y Eva Trujillo, directora de la Casa de la Cultura de Nuevo León, Herbert les dio la bienvenida y les señaló un aspecto relevante que será reiterativo en su formación.
“Me da mucho gusto que empecemos a chambear, y quisiera de entrada, insistir en que no nos preocupemos demasiado ni nos pongamos tensos con esta cuestión de la tecnología.
“Hay un tema que para mí es súper importante que es el método, cómo se va volviendo uno escritor y cómo avanza en el camino. Me gusta mucho el Centro de Escritores de Nuevo León porque trabajar sobre un proyecto creo que la da mucha fuerza a la construcción de un método”, les explicó Herbert a los participantes.
El Centro de Escritores de Nuevo León es un programa emblemático del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León en el área de literatura. Con tres décadas de existencia, busca estimular y fomentar el desarrollo de la creación literaria en el estado de Nuevo León. Los nuevos becarios hablaron sobre su proyecto literario, los motivos para ser becario, sus inicios en la escritura, sus métodos de trabajo y sus influencias y autores favoritos. Aquí están sus interesantes respuestas, conózcalos.
David Alejandro Colorado Cabello
Dramaturgia
Proyecto: La Muerte de Francisco Stalin
Háblanos de tu proyecto.
Se llama La Muerte de Francisco Stalin, es un texto dramático ficcional inspirado en el asesinato de Paco Stanley. La idea es experimentar con varios géneros literarios, transitar de la narración al diálogo y la poesía. Pero también busco integrar el análisis político, el panfleto y la partitura corporal.
¿Qué opinas de la nueva modalidad para sesionar en línea del Centro de Escritores?
Me encuentro muy emocionado con esta primera sesión en el Centro de Escritores. Hubiera sido ideal hacerla de manera presencial, pero tampoco me resulta tan lejano. La mayor parte de mi trabajo ya lo hacía desde casa, así que no tengo problema. Julián ya nos pasó su programa de trabajo, además de escribir el proyecto propuesto, realizaremos ejercicios y actividades, lo cual es estupendo. También me interesa mucho compartir este proceso con mis compañeras. Algunas de ellas ya las conocía. Estoy seguro que será una muy grata experiencia.
¿Cuáles son tus motivos para ser becario del Centro de Escritores de Nuevo León?
Quería entrar en un proceso de creación profundo, sistemático y disciplinado. La dramaturgia ocupa un lugar incómodo entre la literatura y el teatro, es letra mordaz, salvaje, se escribe para ser vivida no leída, pero necesita la ciencia y la técnica de la literatura para ser llevada al teatro. Apliqué en varias ocasiones al Centro de Escritores y nunca quedaba seleccionado. Se volvió algo personal, seguiría intentándolo hasta lograrlo.
¿Qué piensas de la forma en cómo se trabaja en el Centro de Escritores, donde se comentan los proyectos entre todos los becarios, con la guía de un destacado escritor, como es Julián Herbert?
Me gusta mucho, lo imagino como un entrenamiento de box. Presentar el trabajo ante colegas es como un sparring, creo que será muy emocionante escuchar puntos de vista de las otras escritoras. Además, será un placer trabajar bajo la guía de Julián Herbert, soy su fan, leí La Casa del Dolor Ajeno.
¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura?
Al principio trabajaba con un colega, yo planteaba las escenas, personajes y argumento, luego él realizaba la dramaturgia. Un día se cansó o tuvo otras cosas que hacer y me obligó a escribir. Comencé escribiendo textos que yo mismo actuaba y dirigía, ahora se han montado obras mías en Guadalajara, Xalapa y Cancún.
¿Cómo es tu método de trabajo para escribir, esperas a que llegue la musa, o te pones y simplemente escribes?
Tengo dos momentos, uno de investigación y otro de talacha. En el primero trato de leer sobre el tema que me interesa, ver películas, oír música, platicar, salir a caminar, tomar notas, distraerme; prácticamente hacer de todo. En el momento de la talacha, me pongo metas como escribir durante una hora sin parar, escribir determinadas páginas al día o a la semana, realizar borradores. La premisa es: escribir aunque quede mal, no hay pretextos.
¿En tu opinión, cuál es la finalidad de la literatura?
Crear pensamiento, develar lo inimaginable por medio de las palabras.
¿Cuáles son tus autores preferidos y tus influencias?
Soy sociólogo de formación, leo más de sociología y filosofía que literatura. Me siento muy influenciado por Nietzsche y Marx. En teatro me gusta mucho Shakespeare, Sófocles, Eurípides, Esquilo y Aristófanes. Del teatro contemporáneo lo que más me gusta es la escena expandida, creo que Lola Arias y Angélica Lidell son lo más relevante, y claro, Sarah Kane, quien ya puede considerarse una “nueva clásica”.
¿Qué estás leyendo actualmente?
Estoy leyendo Historia de la Locura en la época clásica de Foucault y varios ensayos de Nancy Fraser.
Martha Penélope Montes González
Ensayo literario
Proyecto: Todo viene de Texas
Háblanos de tu proyecto.
El título del proyecto es Todo viene de Texas, escribiré un ensayo narrativo a partir de la memoria familiar e íntima mediante documentos privados como el diario de oraciones de mi bisabuela monja quien radicó en Mesilla y el intercambio epistolar con una amiga de la infancia que emigró a San Antonio. Pretendo reflexionar sobre cómo nos relacionamos con tecnologías manuales como la caligrafía, el uso de la máquina de escribir o la maqueta entre otras presencias de objetos análogos como la fotografía histórica, la cartografía o el correo postal, en la era digital y en el marco de la relación fronteriza de Nuevo León, México y Texas, Estados Unidos.
¿Qué opinas de la nueva modalidad para sesionar en línea del Centro de Escritores?
Considero que empezar los trabajos del CENL en modalidad virtual es una decisión acertada, aunque implica retos muy específicos como la consolidación de un grupo que no se ha reunido previamente cara a cara. En estos momentos hay que adaptarnos a las condiciones de la contingencia sin frenar los proyectos en marcha y aprovechar los recursos en línea para avanzar mientras estamos en casa. Me entusiasma mucho que la primera reunión sea hoy (ayer) por la tarde.
¿Cuáles son tus motivos para ser becaria del Centro de Escritores de Nuevo León?
Consolidarme como escritora profesional.
¿Qué piensas de la forma como se trabaja en el Centro de Escritores, donde se comentan los proyectos entre todos los becarios, con la guía de un destacado escritor como es Julián Herbert?
Es muy estimulante formar parte de un taller literario, mucho más si los integrantes tienen un proyecto específico sobre el que están trabajando y el espectro abarca poesía, narrativa, ensayo y dramaturgia. Otro de los atractivos es la duración de la tutoría que ofrece la posibilidad de profundizar en el desarrollo de un texto en el tiempo. Julián Herbert es un autor que me conmueve más en cada texto que le leo. Por fortuna también conozco su entrega hacia la enseñanza del oficio de escritor en el Seminario Amparán del que formo parte desde marzo de 2015. Me había postulado al CENL en la convocatoria del 2016, pero no fui seleccionada, ahora que fui distinguida coincide con la coordinación de Julián, lo que para mí implica un doble compromiso.
¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura?
El primer texto que concreté fue mi tesis de maestría en diseño arquitectónico, después durante el curso del doctorado escribí artículos para ponencias o conferencias en congresos de urbanismo y disciplinas afines. Fue en esa época que descubrí mi vocación de lectora. Vengo de un círculo académico que me puso en una encrucijada personal: ¿soy una investigadora académica o una artista? Escribo como una manera de estar en el mundo aunque la arquitectura me interesa muchísimo hay cosas por las que me inclino más como la vida interior o los poemas.
¿Cómo es tu método de trabajo para escribir, esperas a que llegue la musa, o te pones y simplemente escribes?
La procastinación por deformación personal y académica. Cada texto que he escrito me ha costado un montón.
¿En tu opinión, cuál es la finalidad de la literatura?
Para el mundo sería un oráculo. Para mí, no sentirme sola.
¿Cuáles son tus autores preferidos y tus influencias?
Mi autor fetiche es Michel Houellebecq, admiro particularmente la construcción del personaje de Jed Martin protagonista de la novela El mapa y el territorio. De Thomas Mann me sedujo Hans Castorp, en La montaña mágica, una novela que me atravesó el corazón en una corta convalecencia que hice por una fisura en el pie izquierdo. Sin embargo, la primera experiencia literaria trascendental la tuve leyendo la novela Me llamo Rojo de Orhan Pamuk y la última (muy reciente) fue con El adversario de Emmanuel Carrère.
¿Qué estás leyendo actualmente?
Soy una lectora promiscua. El último libro que terminé fue La compañía de Verónica Gerber Bicecci, el penúltimo fue Évelyn de Inti García Santamaría. Desde enero participo en el círculo de lectura La hora de la estrella, hemos leído un libro por mes, en abril estamos con La hija de Burger de Nadine Gordimer. En mi buró tengo De vidas ajenas de Emmanuel Carrère y desde hace unos días estoy releyendo Temporada de huracanes de Fernanda Melchor.
Alma Aurora Vigil Gallegos
Narrativa
Proyecto: El canto de las mofetas albinas
Háblanos de tu proyecto
El canto de las mofetas albinas es el título de mi proyecto de relatos con un toque feminista, una pizca de machismo de construido, aventuras, humor negro, cultura pop, música, fiesta y estupefacientes. La idea es provocar risas y divertir a las y los lectores con historias cortas.
¿Qué opinas de la nueva modalidad para sesionar en línea del Centro de Escritores?
En un futuro las máquinas van a dominar al mundo, sino es que ya lo están haciendo. Es momento de adaptarnos lo más posible en momentos de contingencia. Solo hay que hacer ejercicio porque poco me falta para terminar como los gordos de Wall-E. Espero pronto pueda conocer en persona a mis compañeros y a Julián con quienes no he tenido el gusto aún. Por lo pronto, le quiero dar gracias al coronavirus por mostrar la importancia del home office y por disminuir mis trayectos en el Ruta 42.
¿Cuáles son tus motivos para ser becaria del Centro de Escritores de Nuevo León?
Uno de ellos es diversificarme pues llevo casi 15 años en el periodismo escrito. Ahora busco incursionar más a fondo en la narrativa. Otro motivo es convertirme en una máquina de palabras, en un sentido metafórico, claro. No vayan a pensar que es literal, aunque tal vez cuando Skynet tome el control del mundo puede ser posible.
¿Qué piensas de la forma como se trabaja en el Centro de Escritores, donde se comentan los proyectos entre todos los becarios, con la guía de un destacado escritor como es Julián Herbert?
Una de las partes más importantes que he aprendido al escribir, es la retroalimentación y la edición. Es increíble lo que otros ojos pueden hacer para elevar la calidad de tus textos, con Julián Herbert como guía, estoy segura que lo voy a lograr. En mi caso, que no estoy tan inmersa en la literatura, me van a salvar la vida.
¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura?
Mi comienzo en la escritura fue en el periodismo cuando tenía 19 años en el periódico La Rocka, donde la verdad, yo tenía un nivel y una calidad bastante deplorable, pero me clavé en ese oficio y creo que ya no está tan mal lo que escribo. En el verano del 2019 me inscribí a un taller de narrativa con el escritor Óscar David López y por primera vez, en 15 años de carrera, escribí ficción. Gracias a él publicaron el primer texto ficticio que escribí en mi vida, titulado Sam, en la revista Tierra Adentro. Entonces pensé: Tal vez tengo futuro en esto. Ya ustedes lo dirán con el resultado.
¿Cómo es tu método de trabajo para escribir, esperas a que llegue la musa, o te pones y simplemente escribes?
Creo que no hay nada como la adrenalina de un deadline para escribir. Pero en el periodismo, por ejemplo, para sentarme a escribir primero necesito tener toda la información posible, datos, entrevistas, referencias y luego ya pegarle a las teclas.
Para la literatura, primero necesito una idea, que a veces es lo difícil de conseguir, porque con el periodismo ya tienes todo previamente. Creo que todavía no descubro la mejor fórmula. Seguramente va a llegar en el transcurso del proyecto.
¿En tu opinión, cuál es la finalidad de la literatura?
Como escritora, creo que la finalidad es la libertad. Si bien, en el periodismo narrativo hay más creatividad, en este oficio todo tiene que ser lo más exacto posible, hay que seguir una estructura, debe ser verídico y es un trabajo de campo que puede ser muy extenuante. A veces siento mucha presión y me preocupo porque un pequeño error puede ser garrafal. En la literatura me he sentido más libre, simplemente sacar toda la información acumulada en mi cerebro y escribir.
Como lectora, para mí la literatura es un escape de la cruda realidad, es una forma de aprender y activar la imaginación, además me alivia la ansiedad.
¿Cuáles son tus autores preferidos y tus influencias?
Debo confesar que soy una mala lectora, batallo mucho para concentrarme. Por eso necesito libros que me diviertan, que me hagan reír, que sean amenos. Si no, mi cerebro vuela y empieza a pensar en otras cosas como cachorritos con disfraces o algo así, mientras leo algo soso como Paulo Coelho, que en realidad nunca lo he leído y nunca lo voy a leer, pero por decir un ejemplo.
Algunos de mis autores preferidos son Gabriel García Márquez, los beatniks, Bukowski, Hunter S. Thompson, J. D. Salinger, Truman Capote. Unos de mis libros favoritos son La conjura de los necios de John Kennedy O’ Toole, Alguien voló sobre el nido del cuco de Ken Kesey, New York Graphic de Adam Lloyd Baker, Gaseosa de ácido eléctrico de Tom Wolfe. De los escritores mexicanos contemporáneos me divierte mucho Carlos Velázquez y su libro La marrana negra de la literatura rosa o El Ejército Iluminado de David Toscana. De periodistas mexicanos soy fan de Alejandro Almazán y de Diego Osorno. De poetas me late mucho José Eugenio Sánchez y sobre todo, mi más grande influencia, es mi padre, Arnulfo Vigil.
¿Qué estás leyendo actualmente?
Empecé a leer The secrets of my life de Caitlyn Jenner (antes Bruce Jenner), después de que tuve una sobredosis de Keeping up with the Kardashians.
Ingrid Bringas Martínez
Poesía
Proyecto: Frontera Cuir
Háblanos sobre tu proyecto
Es un proyecto de poesía, titulado Frontera Cuir, el fin es desarrollar un libro completo en el que principalmente trate los problemas de los migrantes disidentes sexuales, de ahí parte el nombre del proyecto Frontera por la problemática migratoria actual y cuir que es parte del término en inglés (Queer) relacionado con una identidad sexual o de género que no corresponde a las ideas establecidas de sexualidad y género.
Así mismo será un proyecto en el que se desarrollará el uso de la lengua chicana que es la mezcla del español con préstamos del léxico al inglés tomando influencias de varios grupos pero principalmente retratando las disidencias sexuales.
¿Qué opinas de la nueva modalidad para sesionar en línea del Centro de Escritores?
Trabajar de manera virtual será una nueva experiencia y un nuevo reto, ya que esta modalidad está cambiando la forma de trabajar en diversas áreas. Sin duda será una experiencia distinta a la que se le sacará mucho provecho, la facilidad de estar conectados y evitar los traslados por el momento.
¿Cuáles son tus motivos para ser becaria del Centro de Escritores de Nuevo León?
Mi principal motivo para postularme a esta beca es poder desarrollar un proyecto y escribirlo, y ver el libro materializado en un futuro ya que es la oportunidad de crear teniendo como soporte un tutor con experiencia y trayectoria, que sin duda será de gran ayuda para lograr los objetivos del mismo.
¿Qué piensas de la forma como se trabaja en el Centro de Escritores, donde se comentan los proyectos entre todos los becarios, con la guía de un destacado escritor como es Julián Herbert?
Estoy muy contenta de poder trabajar mi proyecto con Julián Herbert, ya que es un escritor con toda la experiencia y credenciales en diversos géneros literarios, y creo que al igual que nosotros él está igual de entusiasmado de compartir con nosotros sus conocimientos y poder guiarnos para desarrollar nuestros proyectos en esta nueva generación. Sobre todo porque fue seleccionado el año pasado como tutor del Centro de Escritores, cuando yo aún fungía como vocal del gremio de Literatura, hace poco recibí muy buenos comentarios de la generación pasada, quienes trabajaron con él sus proyectos y quedaron muy satisfechos con su desempeño; creo que en esta generación en la que tenemos la fortuna y oportunidad de trabajar con Julián no será la excepción y sin duda los cinco becarios estamos muy entusiasmados de comenzar a trabajar con él.
¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura?
Comencé a escribir hace aproximadamente 10 años, comencé en talleres que impartía CONARTE con escritores locales que fueron de mucha ayuda, empezando a colaborar en revistas nacionales tanto impresas como digitales, más tarde en el 2015 se dio la oportunidad de lo que sería la publicación de mi primer poemario.
¿Cómo es tu método de trabajo para escribir, esperas a que llegue la musa, o te pones y simplemente y escribes?
No creo mucho en la inspiración y la musa, en mi caso solo me veo en la necesidad de escribir, no soy una escritora de rituales, escribo casi a diario, como puedo y cuando puedo, pero eso sí me obligo a escribir por lo menos un verso al día.
¿En tu opinión, cuál es la finalidad de la literatura?
Que los oyentes o lectores disfruten de ella, además del placer estético, también la literatura es una forma de protesta.
¿Cuáles son tus autores preferidos y tus influencias?
Elizabeth Bishop, Cavafis, Sor Juana Inés de la Cruz, W.B Yeats, Emily Dickinson, Yannis Ritsos, Coral Bracho son algunos de mis preferidos y algunos de ellos parte de mis influencias para la escritura.
¿Qué estás leyendo actualmente?
Estoy leyendo la novela de Mariana Enríquez, Nuestra parte de noche, así como un compilado de poesía de W.B Yeats.
Francia Melissa Perales Muñoz
Poesía
Proyecto: La efímera poesía del cuerpo en movimiento
Háblanos de tu proyecto.
El proyecto que he propuesto para desarrollar en el Centro de Escritores plantea la elaboración de textos poéticos con la temática de la exploración del movimiento corporal a través de la danza contemporánea y como eje central el estudio de la vida de mujeres pioneras de esta disciplina como Pina Bausch, Isadora Duncan, Martha Graham, Mary Wigman, Loie Fuller, entre otras. Será un estudio, una investigación y una forma de traducir la danza a la poesía con el fin de darle sentido a esta expresión artística que en muchas ocasiones es difícil interpretar por el público, así como seguir dándole voz a las mujeres de la historia tomando como punto de partida su gran herencia, mujeres que representan la victoria de nuestro pensamiento.
¿Qué opinas de la nueva modalidad para sesionar en línea del Centro de Escritores?
Pienso que como puede ser un reto con desventajas, puede tener sus grandes ventajas. En lo personal creo poder adaptarme a la posibilidad, ya que la mayoría del tiempo trabajo en la computadora, sin embargo, como quiera la energía que uno emite frente a otra persona en vivo y directo es totalmente diferente a estar del otro lado de una pantalla. También es cierto que actualmente vivimos en un espacio de tiempo donde la tecnología es una gran herramienta que permitirá que hoy en día podamos reunirnos ante esta emergencia sanitaria sin tener que exponernos, así que ojalá cada uno de nosotros pueda converger simultáneamente a través de esta nueva modalidad, una forma bastante acertada y de factible resolución para estos tiempos de contingencia mundial que estamos viviendo.
¿Cuáles son tus motivos para ser becario del Centro de Escritores de Nuevo León?
Principalmente por el hecho de alguna manera llevar mi proceso creativo a algo más formal por así llamarle, ya que en mi caso no pertenecí a las carreras de Filosofía y Letras. Asimismo, como el hecho de poder compartir, seguir desarrollando habilidades, aprender y poder emprender un proyecto dentro de un Centro de Escritores que tiene ya más de tres décadas alimentando de cierta forma a los y las creadoras de la literatura, es fuente de mucha motivación.
¿Qué piensas de la forma como se trabaja en el Centro de Escritores, donde se comentan los proyectos entre todos los becarios, con la guía de un destacado escritor como es Julián Herbert?
Pienso es una gran oportunidad para compartir. La forma de trabajo considero es una buena estructura que permitirá un factible engranaje de conocimientos y aprendizaje tanto del destacado escritor Julián Herbert, así como cada una y uno de los compañeros y las diferentes áreas de la literatura que van a converger en este espacio ayudará al crecimiento creativo de cada quien.
¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura?
Mi primer acercamiento de forma consiente a la literatura fue durante unas clases en la Universidad. En mi caso fui estudiante de Artes Visuales, pero es dentro de esta carrera que en una materia en particular tuvimos que revisar El cuarto propio de Virginia Woolf, es ahí donde algo me llamó y comencé a investigar sobre más escritoras encontrando a Gioconda Belli, lo que fue despertando un interés personal por querer conocerlas en un intento por encontrarme y reconstruirme a través de ellas. A partir de esto inicié a escribir pequeños fragmentos de pensamientos o describía cosas que observaba. También era una manera de autorretratarme, en la Universidad muchos de mis trabajos visuales eran autorretratos a lápiz, entonces las palabras también fungieron como una técnica más para poder hacerlo, pero a través de la poesía.
¿Cómo es tu método de trabajo para escribir, esperas a que llegue la musa, o te pones y simplemente y escribes?
No tengo un horario establecido para escribir. Normalmente todos los días vienen palabras o frases que voy registrando en el block de notas del teléfono móvil y estas palabras suelen fluir por medio de cosas que estoy viviendo en ese momento, cosas que observo, o por medio de otras disciplinas como la música, la danza, así como ver películas, leer a otras autoras o investigar sobre el tema que tenga presente en mi cabeza.
Pero ya para llegar a sentarme y trabajar frente a la computadora es mucho de instalarme en soledad y en el vacío como diría Clarice Lispector. Cuando no hay algo que escribir es cuando me doy tiempo para revisar los textos que he dejado en pausa, es cuando releo y corrijo.
¿En tu opinión, cuál es la finalidad de la literatura?
Considero que la palabra arte en general es un tema complejo con líneas muy delgadas. Desde mi perspectiva romantizada, la literatura la veo como una forma de vivir y describir las diferentes formas de la belleza, no hablando solamente de los cánones de belleza o lo estipulado como “bonito”, sino también poder hablar desde el sufrimiento, el dolor, la muerte y la melancolía, estas formas también tiene su propia belleza. Pero por otro lado, puedo pensar en la idea como una voz o conjunto de voces que hace trascender a la humanidad, al final de cuentas, son formas para seguir contando historias y quizá también contar la historia de la humanidad.
¿Cuáles son tus autores preferidos y tus influencias?
Principalmente mujeres, y no nada más escritoras, sino también pintoras o cantantes. Me gusta revisar el trabajo de escritoras como Virginia Woolf, Elizabeth Bishop, Clarice Lispector, Alfonsina Storni, Rosario Castellanos. En cuanto a pintoras reviso a Leonora Carrington, Frida Kahlo, Remedios Varo, y en cantantes escucho música de Nina Simone y Billie Holiday.
¿Qué estás leyendo actualmente?
Muy aparte del proyecto y para estos días de contingencia me ha acompañado el primer tomo de poesía de Elizabeth Bishop, Agua Viva de Clarice Lispector, La Mujer Rota de Simone de Beauvoir y un compilado de poemas de Emily Dickinson.