4 de julio de 2020

 

Información No. 126

 

Para seguir produciendo en la industria cinematográfica, se requiere, además de gestionar una forma adecuada de distribución de los trabajos, argumenta el cineasta en su turno en el ciclo Viernes de Cineteca en Casa de CONARTE

 

Monterrey, Nuevo León. Para el cineasta regiomontano Javier Garza Yáñez, director del documental Flores para el Soldado, ganador al Mejor Largometraje Documental premios Ariel 2010, obtener un galardón es bueno, más no es garantía para continuar una carrera de manera sencilla.

 

“Los premios no te abren puertas para seguir produciendo en la industria del cine”, manifestó anoche el realizador en una charla dentro del ciclo Viernes de Cineteca en Casa, del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León.

 

“Ganamos el Premio Ariel y fue un choque enorme, muy emocionante. Vas todo nervioso a la ceremonia y Juan Carlos Rulfo abre el sobre, y lee que ganamos el premio, corrimos a recibirlo y te sientes en la cima de todo, y piensas que de ahora en adelante todo será más fácil para trabajar, para producir, sin embargo, no es así”, señaló el cineasta.

 

Tras la proyección del documental, a través de Facebook Live, inició la charla entre Garza Yáñez, Carlos García Campillo, coordinador de Programación y Acervo de la Cineteca Nuevo León, y Roberto Villarreal, director del Teatro de la Ciudad, sobre la sobre su película.

 

“Me costó trabajo entender por qué una película que ganó un Ariel, ninguna distribuidora la quiso proyectar en cine, nos llegó una oferta de alguien que la quería distribuir en DVD, pero la rechazamos, porque no nos parecía una buena oferta”, explicó el cineasta.

 

Flores para el soldado, trata sobre la vida de Edmond William Quear, un soldado norteamericano enterrado en Monterrey en 1940 y cuya tumba fue abandonada y adoptada por una familia mexicana, que desde los años 50 le deja flores.

 

El documental fue uno de los proyectos ganadores del Concurso de Producción de Documental de Largometraje de Promocine Nuevo León 2006, organizado por el CONARTE.

 

“Cuando iniciamos este proyecto éramos muy jóvenes. Yo tenía 23 años y jamás pensamos que este documental estaría en festivales y que ganaría el Ariel; es algo que todavía que no te la crees.

 

“Yo ya había investigado algo de la vida del soldado y encontrado algunas cosas: nombres de sus sobrinos, pero no hallé la forma de contactarlos, pasa mucho tiempo y en el 2004 tomo un curso de documental con la cineasta Leticia Vargas y en el 2006, y junto a Iván García y Daniel Galo, decidimos hacer un cortometraje”, expresó.

 

“Luego de investigar encontramos al sobrino del soldado y nos lazamos con nuestro dinero a realizar el cortometraje, pero nos dimos cuenta que la historia estaba muy interesante y extensa, y daba para hacer un largometraje. Coincidentemente, Promocine dio un apoyo a documental, y lo ganamos.

 

“Tuvimos que trabajar un proyecto de producción, donde definimos una guía de cómo queríamos armar el documental, pero ya en la práctica esto queda descartado, porque cuando empiezas a hacer entrevistas y recopilar material de archivo e investigar, esa primera guía cambia mucho porque te vas encontrando cosas que no tenías previstas como sucedió con el diario, que completó la información”, señaló.

 

El estreno oficial de Flores para el soldado se realizó en el Festival Internacional de Cine (FIC) Monterrey 2008 durante el mes de agosto, donde triunfó llevándose la presea del Cabrito de Plata que otorga el festival a los mejores filmes, además de ganar el premio al Mejor Largometraje Nuevoleonés que otorgó el Museo del Vidrio.

 

La historia

 

Desde 1955, Doña Bertha visitaba la tumba familiar en el Panteón del Roble en la ciudad de Monterrey, México. A un lado se encuentra la tumba abandonada del soldado norteamericano Edmond William Quear. Según la inscripción en su lápida, este soldado murió a sus 22 años de edad en 1946, un año después del final de la Segunda Guerra Mundial. Esto intrigaba a Doña Bertha, quien acostumbraba dejar una flor en la tumba del soldado cada vez que visitaba el panteón. El dejar una flor en la tumba del soldado se convirtió en una tradición familiar que perdura aún después de su muerte y es llevada a cabo por sus hijos y nietos. Uno de sus nietos se dio a la tarea de investigar los orígenes de este soldado desconocido.

 

La transmisión de esta actividad está disponible en la siguiente liga:

 

 

La película, que podrá ser vista este fin de semana por Facebook de CONARTE, se puede ver en este enlace:https://www.facebook.com/conartenl/videos/844907265917567/?v=844907265917567