13 de noviembre de 2020
Información No. 249
En el devenir de las urbes se debe involucrar a quienes no necesariamente son urbanistas, arquitectos, políticos o empresarios, sino a la población en general, afirma Conrado Romo, coordinador del proyecto Cocina Cívica
En charla ofrecida por el LABNL, el Maestro de Urbanismo por la Universidad de Guadalajara señala que en la discusión por un proyecto de ciudad debe tomarse en cuenta a quienes tienen derecho de participar
Monterrey. Nuevo León. La ciudad es un entramado de sueños, aspiraciones y recuerdos en el que es importante la participación de la totalidad de la población en su construcción. Además de los urbanistas, los políticos y empresarios, la gente común está llamada a tomar parte de ella.
Conrado Romo, coordinador de Cocina Cívica, habló sobre este concepto en su conferencia magistral Cocina Cívica, una apuesta mexicana por los laboratorios ciudadanos, ofrecida en el marco del lanzamiento del LABNL, Laboratorio Cultural Ciudadano, en el que CONARTE trabaja en aterrizar su conceptualización.
Cocina Cívica nació en el año 2016 como un proyecto del Órgano Técnico de Asuntos Metropolitanos (OTAM) del Congreso de Jalisco. En el trascurso de estos años ha salvado obstáculos y experimentado trasformaciones.
Es un importante proyecto ciudadano que actualmente tiene por objetivo consolidarse como un taller de prototipación que se sitúa en el cruce de la política, la tecnología y el territorio.
“El proyecto surgió, porque nos parecía que las discusiones que eran importantes para la totalidad de la población de la cuidad, solo participaran aquellos que tenían legitimidad de participar en lo público, es decir, los urbanistas, arquitectos, políticos y algunos sectores empresariales”, señaló Conrado Romo.
“Pero, ¿qué pasa con la gente de a pie, con todos los que no están inmiscuidos en estas esferas?, ¿ellos no tienen acaso el derecho de participar en las discusiones del devenir de la ciudad? Y así que nosotros pensamos en encontrar una forma de que las discusiones que se realizan al interior del congreso puedan ser discutidas por toda la población”.
La idea de Cocina Cívica, explicó, es permitir que las personas participaran de forma real en la toma de decisiones y discusiones de interés público, una colaboración no simulada.
La presentación del ponente estuvo a cargo de la Doctora Melissa Segura Guerrero, Secretaria Técnica de CONARTE, quien manifestó: “Nos da mucho gusto tener un invitado más en el marco del lanzamiento del nuevo proyecto que se ha venido desarrollando en estos últimos años, que es el LABNL, Laboratorio Cultural Ciudadano.
“Hemos estado invitado a personas que han desarrollado, desde hace algunos años los proyectos, la filosofía, la metodología de los laboratorios ciudadanos como referentes para el proyecto que el Estado desarrolla en Nuevo León”.
Los retos de Cocina Cívica
Para logar que las personas participaran de forma real en la toma de decisiones y discusiones de interés público, se tuvo que enfrentar a tres retos: la sensibilidad, el lenguaje y el poder.
La sensibilidad
Se conoce que muchas veces se piensa solo en términos de mercado, de innovación, de ese futuro conservador, pero la ciudad es una amalgama de sensibilidades, está llena de ellas, manifestó Romo.
“La ciudad es muchas formas de sentir, percibir, de vivir. Entonces, si queremos procesos de colaboración reales tenemos que partir de la multiplicidad de sensibilidades”, expresó.
El problema del lenguaje
“Esto es muy importante, porque los especialistas, académicos, incluso personas que conviven en algún tipo de grupo, generan sus propias palabras y sintaxis y marcos conceptuales específicos, el asunto es que cuando queremos hacer procesos de participación ciudadana, de colaboración con las personas, intervenir y participar en los territorios, el tema del lenguaje se vuelve importante, porque descubrimos que, aunque todos hablamos español, no todos hablamos el mismo lenguaje. Entonces tendremos una participación de la gente sesgada. Entonces no hay un marco de diálogo en el que pueda construirse la comunicación”, apuntó.
El poder
“El tema del poder es una práctica muy habitual en la participación ciudadana y los procesos colaborativos. En la ciudad hay desigualdades y relaciones de poder. En un conflicto social, si hay una discusión, tenemos que buscar mecanismos reales de cómo minimizar esas relaciones de poder y las correlaciones de fuerza hacerlas más horizontales e igualitarias”, dijo Romo.
Laboratorio de políticas vivas
“Lo interesante de los laboratorios es esta posibilidad de ser políticas vivas, que más que ser sólidas, fluyen, su estructura está conformada a partir de la interacción de una serie de compontes diversos que trabajan en red y que dan consistencia al proyecto”, manifestó Conrado.
“Y tiene consistencia, pero también dialogan con el entorno, aprenden, introducen información y conocimiento del que viven y eso lo procesan, y buscan, cambian y evolucionan y se reproducen, crecen y decrecen. Entonces necesitamos un laboratorio de políticas vivas”, señaló.
Conrado Romo se ha desarrollado profesionalmente en diversos campos como la planeación metropolitana, la seguridad humana, la propaganda política y la innovación ciudadana.
Ha sido residente de Medialab Prado y fue asesor de proyectos en el Encuentro de labs iberoamericanos. Actualmente trabaja en materia de análisis y visualización de datos. Forma parte del proyecto editorial “Futurologías Latinoamericanas 2020” del festival Toda la Teoría del Universo, con sede en Santiago de Chile.
Cocina Cívica nace en el año 2016 como un proyecto del Órgano Técnico de Asuntos Metropolitanos (OTAM) del Congreso de Jalisco, el cuál buscaba la coordinación de distintos equipamientos públicos, especialmente centros culturales, para convertirlos en espacios de diálogo para discutir políticas públicas en materia de ciudad y territorio.
Se partía de una crítica a la asumida hiperespecialización técnica requerida para discutir sobre la ciudad, por lo que se apostaba a crear una metodología que permitiera transducciones entre los saberes técnicos y los saberes situados. Estábamos convencidos que todos teníamos algo que decir sobre lo que queríamos para nuestra ciudad, no solo expertos y políticos.
Se propuso realizar reformas legales para dar sustento a la iniciativa, sin embargo, los legisladores no vieron mayor ganancia en la iniciativa por lo que terminó por desecharse. Durante este proceso se prototipó la consolidación de una red de Laboratorios Ciudadanos a lo largo del Área Metropolitana de Guadalajara, se logró la participación del proyecto en la Red de Laboratorios Ciudadanos de la Secretaría General Iberoamericana, y se generaron algunas propuestas.
Después del año 2018 el proyecto se detuvo, pero desde principios de 2020 se decidió retomar el esfuerzo para seguir impulsando una agenda en materia de Innovación Ciudadana desde las premisas que como colectivo abandera.
Video de la transmisión: