21 de julio de 2022

 

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La vida familiar y laboral de un hombre en situación de crisis se narra en esta novela; “propone una trama de arco dramático para un personaje que debe crecer moralmente”, afirma el jurado

 

El Premio Nuevo León de Literatura 2022 es organizado por el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León

 

Monterrey, Nuevo León. La difícil vida familiar y laboral de un hombre que quiere destacar en el mundo de la música, se narra la novela “Los Basuras” del escritor regiomontano Carlos Alberto Román Sánchez, ganador del Premio Nuevo León de Literatura 2022.

 

“El protagonista acaba de perder a su madre, quien era su más ferviente seguidora, motivadora y, casi, representante. Le queda una esposa infiel y un hijo. Todos saben que el hijo es del amante, menos él. Un bonito embrollo”, cuenta el escritor, quien por segunda ocasión es distinguido con este galardón literario.

 

Lo más importante, dice, es que el personaje va a vivir una crisis que lo lleva a replantearse todo lo que ha hecho hasta el momento y hacer unos cambios; a quedarse con las personas que necesita cerca. También está, brevemente, la historia de los otros Basuras.

 

El jurado estuvo integrado por Brenda Navarro, Hiram Ruvalcaba y Bibiana Camacho.

 

El jurado decidió premiar dicha obra por considerar que se trata de una novela que propone una trama de arco dramático para un personaje que debe crecer moralmente.

 

El Premio Nuevo León de Literatura 2022 es organizado por el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León.

 

El escritor Carlos Alberto Román Sánchez concedió una entrevista a Prensa de Conarte. Estas son sus respuestas a las preguntas.

 

Nuevamente eres distinguido con el Premio Nuevo León de Literatura, ¿cuál es tu sentir, que piensas al respecto?

 

“Cualquiera lo querría en el currículum o en el Tinder, ¿no? Pues, es un honor estar dos veces en una lista que reúne a escritores cuyo trabajo respeto, como Coral Aguirre y Héctor Alvarado Díaz. Algo estaré haciendo bien”.

 

¿Desde cuándo y cómo surgió la idea de escribir la novela “Los Basuras”?

 

“Empezó como un cuento que escribí hace añales. La idea llegó cuando iba en el Ruta 1 por la calle Guerrero, a la altura de las vías, y vi que un bar anunciaba en una lona gigantesca al mejor imitador de Rigo Tovar. Pensé en cómo sería la vida de una persona cuyo único fin fuera ser lo más parecido a otra. Nunca para juzgar, siempre con afán de entender la lógica de una vida que no me tocó vivir. Aquel hombre conjetural que anunciaba la manta me pareció muy colorido en su momento y ganó mi interés”.

 

¿Por qué el título “Los Basuras”?

 

“Así le llaman en el texto a un grupo de trabajadores de la fábrica de plástico del que el protagonista es parte. Todos saben que son prescindibles, que su trabajo puede hacerlo una máquina mejor y más rápido, y que la empresa está a punto de adquirir esa herramienta. La trampa es que el trabajo de casi todos en una fábrica puede ser hecho por máquinas”.

 

¿De qué trata “Los Basuras”?

 

“La difícil vida familiar y laboral de este hombre que quiere destacar en el mundo de la música y acaba de perder a su madre, quien era su más ferviente seguidora, motivadora y, casi, representante. Le queda una esposa infiel y un hijo. Todos saben que el hijo es del amante, menos él. Un bonito embrollo.

 

“Lo más importante es que el personaje va a vivir una crisis que lo lleva a replantearse todo lo que ha hecho hasta el momento y hacer unos cambios; a quedarse con las personas que necesita cerca. También está, brevemente, la historia de los otros Basuras.

 

¿Qué temas tocas, abordas en tu novela?

 

“Está lo de la mecanización, está lo de estas personas que no son muy tomadas en cuenta en la sociedad, está lo de seguir una pasión y no saber cuándo terminarla; pero, lo más importante para mí en el momento de la escritura, era el hecho de entender que hay que alejarse de las personas que nos hacen daño, aunque esas personas estén en la familia”.

 

Habla sobre cómo fue el proceso de construcción de “Los Basuras”

 

“Empezó siendo un cuento de diez páginas sobre este aspirante a músico que iba a ser abandonado por su esposa el día de su aniversario. Pero, con la experiencia, uno aprende cuando una historia da para más y que, si no agotamos la totalidad de lo que podemos decir sobre cierta situación, se corre el peligro de escribir dos o tres libros parecidos. Este personaje daba para una novela que no estaba listo para escribir. Es otra cosa que uno va aprendiendo, la espera. Pasaron varios años en los que fui estudiando y practicando cosas, leyendo bastante, hasta que, después de leer toda la narrativa de José Revueltas, dije, “es por acá”. Una mezcla de Revueltas, Donoso, Juan Benet y José Agustín era lo que necesitaba para hacer que esta historia funcionara. A partir de ahí, la escritura del texto me llevó una semana. Se parece mucho a lo que pasa con los deportistas olímpicos, ¿no? Años de práctica para un evento que a veces dura segundos”.

 

Habla acerca del protagonista o los actores principales de la novela

 

“Los personajes principales viven en la misma casa: Rodrigo, el aspirante a cantor; Estela, la esposa de Rodrigo, amante de Toro y madre de Alberto; Alberto, un adolescente que descree de la escuela porque lo ve como un aparato de control social, pero no en la educación, pues procura leer mucho, sobre todo filosofía, mientras sus amigos descansan tras una buena sesión de opioides; y doña Clemen, madre de Rodrigo, ejemplo de la mamá que se desvive para que sus criaturas tengan lo que ella no tuvo.

 

“Los otros Basuras son: la Betterware, previsiblemente una señora que, además de trabajar en la fábrica de plástico, vende artículos de catálogo; Aníbal, un hombre despechado que dejó su amada vida en el campo por darle a su novia el gusto de vivir en la ciudad, y así le fue; un tipo que halconea para algún cártel; una chica que, por una experiencia violenta y por la pandemia, debió dejar su oficio de sexoservidora, y algunos otros que tienen una aparición mínima, los amigos de Alberto, el dueño del bar en que toca Rodrigo”.

 

En opinión de los jurados la música es un elemento importante en tu novela, ¿qué comentas sobre esto?

 

“Es importante porque el tipo quiere dedicarse a eso, pero no parece estar a la altura de sus sueños, por mucho ímpetu que le pone. Es una situación que vive en algún momento cualquier persona que busca dedicarse al arte. No basta echarle ganas. Es muy, muy difícil.

 

“Aproveché que Rodrigo amenizaba eventos para nombrar algunas canciones de las que se escuchaban en la familia cuando era chico, canciones que forman parte de casi cualquier regio que se respete: ‘Muñeca de ojos de miel’, ‘La Suavecita’, ‘Quién pompó’, forman parte del amplísimo repertorio de Rodrigo, que todavía se daba el lujo de musicalizar poemas sacros como ‘Vivo sin vivir en mí’, de Santa Teresita de Jesús, para las fiestas que organizaba su amigo el cura”.

 

¿Qué le dirías al lector para interesarlo a leer tu novela?

 

“Soy mal vendedor. Pásele nomás, sin compromiso”.

 

¿Qué buscas transmitir al lector de “Los Basuras”?

 

“Nada. En los poquísimos talleres que he dado, comentando obras de verdad importantes, aprendí que cada uno entiende lo que quiere o lo que necesita. Como escritor, lo mejor, lo más práctico, es divertirse, hacer lo que le guste a uno, lo que uno quisiera leer, y soltar el texto. Que sea lo que dios quiera”.

 

En otro orden de ideas y en el contexto de nuestra sociedad actual, ¿Cuál crees que es la función de la literatura, y qué papel juega en la actualidad?

 

“Llevo años preguntándomelo. Supongo que cada uno le da un valor distinto. De manera romántica, se puede decir que la literatura es una necesidad personal que puede tener un beneficio colectivo, si nos enfocamos en el hecho de que despierta y ejercita la sensibilidad y la empatía, el interés en los otros.

 

“La cosa es que, volviendo a lo de los talleres, cuando me tocó hacer análisis de textos, entendí que la mayoría de los lectores valoran un libro de acuerdo a lo que ellos sintieron o al placer que les dio, se quedan en ese nivel primario, la lectura de goce. En ese nivel, leer un libro no es muy diferente a ver un programa de televisión, una serie, una película, videos en YouTube o tiktoks. No nutre. Hace falta aprender a leer con sentido crítico, hace falta desprenderse del yo, hace muchísima falta aprender a razonar. La trampa está en que, cuando uno aprende a pensar de otra forma, a razonar con alguna profundidad, se puede obtener muchísimo de los libros,

 

pero también de un tiktok, un video de YouTube, un programa de televisión basura. Un lector activo puede encontrar discursos en cualquier expresión cultural.

 

En tu opinión, y con todos los distractores que la tecnología nos ofrece, ¿la gente está leyendo más, o se está alejando de los libros?

 

“Creo que hay muchísimos lectores. Si se ven los números de los canales de YouTube dedicados a la crítica o recomendación de libros, uno puede notar que hay muchísimos lectores. La cuestión está en qué tipos de lecturas enfrentan.

 

“No hay que generalizar, pero puede que esos muchísimos lectores no estén leyendo lo que deberían, en parte porque hay un bajo nivel en la oferta de las grandes editoriales.

 

“Esto de la lectura es síntoma de problemas mucho más graves, como la incapacidad de pensar y razonar con profundidad”.

 

Por último, ¿qué mensaje te gustaría compartir con los lectores?

 

“Lean a Borges, Marcel Schwob, Italo Calvino, Cervantes, Shakespeare, Esquilo, Juan José Arreola, Inés Arredondo, Sor Juana Inés de la Cruz, Juan Rulfo, Alfonso Reyes, García Márquez, Alejo Carpentier, Yasunari Kawabata, Chejov, Turguéniev, Hemingway, Faulkner, Carver… y, si les queda vida y no hay otra cosa, lean algo mío, mal no les va a hacer. Felicidades por tener un pasamiento tan noble”.