Información No. 351
7 de noviembre de 2017

 

La visión apocalíptica se transforma en un grito desesperado que se refleja en las obras que se exhiben en la exposición Érase un maldito paraíso del artista Gerardo Monsiváis, que se inaugura este miércoles 8 de noviembre en la Pinacoteca de Nuevo León.

 

La muestra presenta más de 50 obras en las que el artista hace gala de una maestría de pintura naturalista contemporánea para presentar una propuesta en la que, a través de la ironía y un tono sombrío, realiza una crítica al deterioro actual del mundo.

 

“Una exposición que nos da materia de reflexión, sobre todo con la naturaleza, podemos ver que tenemos un día muy sucio, es producto de lo provocado por los seres humanos, y está la contraparte, la naturaleza que existe a pesar de las condiciones difíciles. Esto se retrata en la obra en la que, a través del arte, nos permite ser sensibles a estas circunstancias que nos afectan.

 

“Siempre es grato encontrar a personas multifacéticas en el campo de las artes, Gerardo ha incursionado en la música, y eso siempre se refleja en lo plasmado, ya que se alimentan de otras disciplinas”, explicó Ricardo Marcos, presidente de CONARTE.

 

 

 

Érase un maldito paraíso es una exposición organizada por el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, con el apoyo de la Secretaría de Cultura Federal.

 

“El título de la muestra es un claro grito de desesperanza frente a un mundo que agoniza ante la indiferencia del hombre, por lo que las piezas de este creador incluyen además calaveras, arbustos, fragmentos de selvas y bodegones, imágenes de claroscuros que se acercan al patetismo y la destrucción. La lección de tratar de salvar al planeta aún es posible”, ahonda Elvira Lozano de Todd, directora de la Pinacoteca de Nuevo León.

 

Las piezas que integran la exposición se relacionan al presentar frecuentemente imágenes de paisajes desolados con una presencia animal en evidente estado frágil ante la voracidad de la humanidad.

 

De esta forma Gerardo Monsiváis exhibe obras realizadas en acrílicos y óleos sobre pellón, madera y panel. Y aunque plasma aspectos sombríos y paisajes desolados, la maestría técnica los dotan de una belleza que llama la atención de los espectadores.

 

“Al empezar a plantear la obra no tenía como discurso sobre el problema ecológico, urbanístico o la contaminación. Lo que me emocionaba era ir caminando por ahí y sentir la adrenalina de meterme debajo de un puente, terreno baldío, un tiradero de escombros… es una emoción contemplar eso desde la soledad.

 

“Hay una expresión psicológica en estos paisajes, no sólo el escombro, basura o contaminación, hay una búsqueda interior, una oscuridad que todos tenemos, pero que es bella”, explica el artista Gerardo Monsiváis.

 

Es evidente que el artista busca que Érase  un maldito paraíso provoque angustia en quienes admiran su obra. Esta es la forma en que él hace una crítica a todos esos aspectos desesperanzadores.

 

“Es un artista muy maduro que tiene claro lo que quiere en su obra, la cual conozco bien y me ayudó a entender bien el discurso al que queríamos llegar.

 

“Gerardo tiene muchos años de experimentación, es un observador de la complejidad. El no idealiza, sino que retrata la complejidad y cuestiones grotescas, pero no es ni inhumano ni exagerado, simplemente refleja el ciclo de la vida”, detalla Sara López, curadora de la exposición.

 

La presencia de objetos desgastados, animales en el abandono y deshechos en los ríos como personajes centrales convierten la exposición en un grito desolado que busca señalar los errores humanos que llevan a la decadencia.

 

Érase un maldito paraíso se inaugura este miércoles 8 de noviembre a las 19:30 horas, en la Pinacoteca de Nuevo León.

 

GERARDO MONSIVÁIS

 

Artista plástico y músico. Cursa estudios entre 1992 al 97 de Artes vVsuales en la Universidad de Monterrey y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Activo profesionalmente desde 1995, se especializa en pintura y dibujo, aunque en su trayectoria ha utilizado diversos medios de manera complementaria como video, fotografía, instalación, serigrafía y escultura.

 

El arte sonoro y la música experimental han sido su campo de actividades paralelas, siendo cofundador del colectivo multidisciplinario de improvisación Los Lichis, entre otros proyectos bajo el alias de Yeyo von Moroder.

 

Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del FONCA/CONACULTA Emisión 2011. Ha sido seleccionado en encuentros nacionales como la VII Bienal de Yucatán, XV y XVI Bienal Nacional de Pintura Rufino Tamayo, y reconocido con menciones honoríficas en el XIX Encuentro Nacional de Arte Joven, en la V Bienal FEMSA 2001; y en convocatorias locales como la XIX Reseña de la Plástica de Nuevo León y la II Bienal Regional de Arte Joven.

 

En su trayectoria cuenta con 17 exposiciones individuales y más de 50 muestras colectivas tanto en espacios e instituciones públicas como galerías privadas en Monterrey (Centro de la Artes, Casa de la Cultura de Nuevo León) Distrito Federal (Museo Carrillo Gil, Museo del Chopo, Museo Universitario de Artes y Ciencias, Museo X-Teresa Arte Actual), Guadalajara (UdeG, MAZ), Puebla, Querétaro (Museo de la Ciudad de Querétaro), Tijuana (CECUT), León, Zacatecas y Oaxaca (MACO). Su obra y música ha sido expuesta en Estados Unidos, Francia, España, Colombia y Bélgica.