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Mudos Testigos
Un año antes de morir, el reconocido cineasta colombiano Luis Ospina contactó al crítico y productor Jerónimo Atehortúa para proponerle un interesante trabajo fílmico: un collage creado a partir de las primeras películas colombianas silentes. Así nacería Mudos testigos, un proyecto que revisitaría el cine nacional, al tiempo que narraba una historia de amor entre tres personajes. Un melodrama que iría evolucionando y mutando en sus formatos y géneros. Al morir Ospina, el trabajo planeado quedaría en manos de Atehortúa, cuya compleja labor recaería en rescatar la esencia de Ospina. Este es el resultado, un importante trabajo de recuperación cinematográfica que opera como adaptación y análisis en torno a las posibilidades comunicativas de la imagen.