- La audiencia invitada a la celebración escénica de aniversario por CONARTE, experimentó en conjunto la belleza de la música, las voces y la comedia en una sola entrega, bajo la batuta de la española Beatriz Fernández Aucejo.
Monterrey, Nuevo León. – La hilarante historia de Isabella, mujer valiente que enfrentó al bey de Argelia Mustafá hasta convertirlo en un corderito a su disposición, no solo deleitó el oído de más de mil personas en “La Italiana en Argel”, de Gioachino Rossini, sino que llegó al nivel de una presentación memorable para la Ciudad.
Por la excelencia en su manufactura, la puesta en escena de la ópera “rossiniana” en la Gran Sala del Teatro de la Ciudad logró imprimir una de las más bellas y emblemáticas páginas de la cultura y el arte en la entidad, como celebración por los 30 años del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León.
Dispuesta en modo de fiesta, la audiencia invitada a la celebración escénica de aniversario por CONARTE experimentó en conjunto la belleza de la música, las voces y la comedia en una sola entrega, bajo la dirección artística y orquestadora de la Camerata de Nuevo León de la española Beatriz Fernández Aucejo, quien marcó un hito al sostener ella la batuta de una velada operística, por primera vez en Monterrey.
El “banquete” preparado minuciosamente por el equipo de CONARTE, con el respaldo de la Secretaría de Cultura de Nuevo León, tuvo como “platillo principal” las voces de la reconocida mezzosoprano Guadalupe Paz, como Isabella, encabezando el elenco en el que también se integró el tenor Efraín Corralejo como Lindoro, Ricardo Ceballos, bajo barítono, que hizo el papel de Mustafá y Antonio Azpiri, barítono, como Taddeo.

Destacada la creación de la mezzosoprano Paz, de origen tijuanense, quien ya presentó este mismo personaje en el Palacio de Bellas Artes, pues desenvolvimiento escénico tejió el carácter de Isabella, como la mujer audaz adelantada al tiempo en que fue creado.
De igual forma Corralejo en sus intervenciones, así como Ceballos, cuyo personaje de Mustafá mostró lo cómico que puede llegar a ser una ópera italiana.
Hugo Garza Leal, director de escena de la puesta, manejó de forma brillante el talento versátil de los cantantes principales y también el del barítono José Arturo Rodríguez como Haly, la soprano Mirthala Bray Rodríguez como Elvira, la mezzosoprano Denisse Arely Montoya como Zulma.
Rodrigo Ilizaliturri al piano y Juan David Flores, a cargo del Coro Nuevo León, completan el elenco que cumplió con creces las expectativas de la audiencia.
La producción visual a cargo de Rafael Blásquez selló el carácter de la pieza dividida en dos actos con música de Rossini y libreto en italiano de Angelo Anelli, basado en un texto anterior musicado por Luigi Mosca, y estrenada originalmente en el Teatro San Benedetto de Venecia el 22 de mayo de 1813.
Toda la producción de la ópera en el que destacó el talento vocal e histriónico del elenco fue reconocida por la audiencia que aplaudió en algunas brillantes intervenciones y al final, brindó una prolongada ovación de pie digna de un fin de fiesta memorable.
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